El alma de las personas que atraviesan un estado de muerte clínica, abandona el cuerpo físico y puede observar nítidamente lo que sucede a su alrededor, según el estudio de un equipo de investigadores holandeses.
Los médicos recopilaron más de 70 casos de personas que lograron relatar sus experiencias durante el lapso en que estuvieron clínicamente muertas y establecieron que la conciencia puede vivir más allá del cerebro, aunque el mundo que entonces se percibe no es accesible a través de los sentidos.
Entre otros, el estudio cita el caso de un paciente clínicamente muerto durante 20 minutos, tras una riesgosa cirugía cardíaca, que inesperadamente regresó a la vida. Más increíble aún que su resurrección fue el preciso relato que realizó sobre las escenas que rodearon a su muerte transitoria.
"El paciente describió una luz brillante al final del túnel y cómo salió de su cuerpo. Pero más allá de eso, vio a los doctores conversando e indicó el lugar y la forma exacta cómo estaban parados. Además describió con exactitud las notas médicas que la enfermera escribía en el ordenador", señalaron los autores del estudio.
La conclusión de los médicos es categórica: el paciente verdaderamente estuvo consciente y fuera de su cuerpo durante el estado de muerte clínica. De lo contrario, explican, no podría haber descrito las escenas acontecidas en la sala de operaciones con exacta precisión.